viernes, 15 de mayo de 2015

Cincuenta sombras de Grey



“Cuando la estudiante de literatura Anastasia Steele recibe el encargo de entrevistar al exitoso y joven empresario Christian Grey, queda impresionada al encontrarse ante un hombre atractivo, seductor y también muy intimidante. La inexperta e inocente Ana intenta olvidarle, pero pronto comprende cuánto lo desea.
”[…].
”Cuando la pareja por fin inicia una apasionada relación, las peculiares prácticas eróticas de Grey desconciertan a Ana al tiempo que ella descubre los límites de sus propios y más oscuros deseos…”.



Anastasia Steele está a punto de graduarse, y piensa que su aburrida y rutinaria vida no irá mejor ni cambiará (¿todas siempre tienen que ser aburridas y rutinarias?). Pero eso es precisamente lo que pasa cuando por azares del destino debe entrevistar al empresario Christian Grey.


Desde el momento en que se tropieza con Grey, su perspectiva se transforma: él, para ella, es el hombre más guapo y sensual que ha conocido jamás, y con sólo tocar su mano siente una corriente eléctrica.


Pero cuando ambos coinciden en un elevador, esa corriente crece hasta ser un torbellino de emociones y sensaciones que llevan a Ana en un subibaja que parece no terminar bien.


Pros: tiene un buen comienzo, es interesante, atrapa, intriga. Las primeras escenas eróticas sorprenden y se disfrutan.


Contras: las escenas sexuales, aunque difieren de las iniciales, aparecen cada dos por tres y se vuelve algo inverosímil y carente de emoción. Por otro lado, la conciencia de Ana la vuelve infantil y boba (es como estar viendo Lizzie McGuire). Además, el misterio de Grey se prolonga tanto que aburre. Y ni hablar del final: flojo, predecible y tan poco interesante que da pena.

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